Para diagnosticar y contener la propagación del coronavirus, las pruebas son críticas. Hay dos tipos de pruebas de Covid-19, las que están diseñadas para detectar si tienes la infección ahora, o las elaboradas para comprobar si has sido previamente infectado por el virus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad. Como cualquier otro producto, estas pruebas tienen diversos grados de precisión y fiabilidad, y pueden ser utilizadas para lograr diferentes objetivos.
Queremos tecnologías que sean rápidas, precisas, de gran capacidad, que no requieran equipos de laboratorio caros y complejos o la experiencia de personas altamente capacitadas, pero no hay nada que llene todos esos criterios por el momento.
Pruebas PCR y test de antígenos
Mientras que los test de antígenos buscan proteínas en la superficie del virus para determinar la presencia del patógeno, las pruebas de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) están diseñadas para buscar material genético llamado ARN que instruye al virus a fabricar estas proteínas.
Ambas pruebas también requieren un hisopo de la parte posterior de la nariz o la garganta como muestra y no pueden determinar si es contagioso si es positivo, pero ahí es donde terminan las similitudes.
¿En qué consiste la PCR?
En el caso de la PCR, la muestra se envía a un laboratorio donde se calienta y se enfría utilizando reactivos especiales para convertir el ARN del virus en ADN, y luego hacer millones de copias del ADN, lo que permite la identificación del organismo. Este proceso puede llevar horas, requiere equipos y técnicos de laboratorio sofisticados y normalmente se realiza una muestra a la vez, aunque hay máquinas que pueden procesar múltiples muestras. Aunque es necesario enviar la muestra a un laboratorio, el proceso, que lleva mucho tiempo, da como resultado una precisión de casi el 100% en la detección de personas infectadas cuando hay virus en el hisopo.
¿En qué consiste el test de antígenos?
Por el contrario, las pruebas de antígenos, llamados test rápidos, funcionan mezclando la muestra con una solución que libera proteínas virales específicas. Esa combinación se aplica entonces a una tira de papel que contiene un anticuerpo a medida optimizado para unirse a estas proteínas si están presentes. Al igual que una prueba de embarazo casera, el resultado se refleja como una rayita en la tira de papel.
El proceso no requiere un laboratorio, y arroja resultados en 15 minutos, pero esa velocidad tiene un coste de sensibilidad. Aunque estas pruebas son fiables cuando un individuo tiene una alta carga viral, son mucho más propensas a resultados falsos negativos si una persona tiene bajas cantidades del virus en su cuerpo.
Sensibilidad y especificidad
Estas dos medidas se utilizan para determinar la credibilidad de una prueba: Cómo detecta la enfermedad, y cómo detecta la ausencia de enfermedad.
La sensibilidad se define como la proporción de pacientes con Covid-19 que obtienen correctamente un resultado positivo, mientras que la especificidad es la proporción de pacientes sin una infección que la prueba identifica correctamente como negativa.
En general, una prueba de alta sensibilidad tiene una baja tasa de falsos negativos, pero corre el riesgo de dar falsos positivos si su especificidad no está a la altura. Por otra parte, una prueba muy específica corre el riesgo de dar falsos negativos si la sensibilidad de la prueba es pobre, pero generalmente tendrá una baja tasa de falsos positivos. Las pruebas de PCR se consideran el patrón oro porque generalmente son muy sensibles y altamente específicas.
¿Para qué sirven los test rápidos?
Los gobiernos están interesados en utilizar test rápidos ya que son más baratas y rápidas de desplegar para campañas de vacunación masiva, pero debido a que tienen limitaciones en términos de precisión, es clave no utilizar los resultados negativos para permitir actividades más arriesgadas como el encuentro con ancianos o seres queridos vulnerables.
Algunos países aconsejan hacer una prueba de PCR si los individuos con síntomas dan negativo con una prueba rápida de antígenos para confirmar el resultado.
Aunque las pruebas rápidas son buenas para detectar a las personas que tienen cargas virales altas, todavía no está claro cuál debe ser el umbral viral para frenar el contagio. Con el Covid-19, los infectados ven un pico en la carga viral en la fase inicial de la infección, pero el ARN viral puede permanecer durante semanas o incluso meses.
Las pruebas de anticuerpos podrían ser útiles para medir la durabilidad de las respuestas de la vacuna.
Test de anticuerpos
Los anticuerpos son soldados desplegados por el sistema inmunológico en respuesta a un invasor extranjero, en este caso el SARS-CoV-2. Originalmente, había esperanza de que los test de anticuerpos nos permitieran diagnosticar la enfermedad rápida y fácilmente. Pero resulta que las pruebas no dan positivo hasta dos o cuatro semanas después de la infección.
Y la trama se complica, porque incluso si el resultado es positivo para los anticuerpos, esa información no dice mucho, aparte de la alta probabilidad de haber contraído Covid-19 en el pasado. No se sabe realmente qué niveles de anticuerpos conducen a la protección (de la enfermedad) y, de hecho, qué tipo de anticuerpo es el más importante.
Tampoco está claro cuánto tiempo los anticuerpos Covid-19 persisten en el cuerpo, o si alguien que ha dado positivo en las pruebas de anticuerpos no volverá a contraer el virus.
Donde estas pruebas podrían ser útiles es en la estimación de la propagación de Covid-19 a nivel de la población, por ejemplo, qué porcentaje de la población han contraído Covid-19, así como en la medición de la durabilidad de las respuestas de la vacuna.
